lunes, 24 de octubre de 2011

Vida destruida, mundo construido: Capitulo II

Pasaron días, semanas, meses sin volver a hacer una redada a los grupos rebeldes, parecía que se habían esfumado de la tierra con la misma rapidez con la que se expandieron. Este tiempo no lo desaprovechó Guerrero. Estudiando, leyendo y practicando el fino arte del espionaje y la infiltración comenzó a mejorar sus habilidades en esta rama. A diferencia de los demás oficiales, Guerrero no quería dormirse en los laureles, usando sucia estrategia política para subir su rango, odiaba la violencia con la que la lucha cuerpo a cuerpo o con armas de fuego causaba, por estos motivos eligió ese camino.

Al cabo de 4 meses una patrulla detectó un grupo de rebeldes de no más de 20 personas, sería fácil desarmar dicho grupo, como era una misión simple, a los oficiales no les interesaba competir por llevarla a cabo, mas Esteban en todo tipo de misiones veía posibilidades, independientes de que estas fueran simples grupos nacientes, o grandes comunidades estructuradas.

Guerrero eligió a los 5 mejores soldados de su pelotón, no necesitaría más dedujo. Utilizando sus nuevas habilidades en la infiltración, se acercó a lo que parecía una farmacia, los rebeldes utilizaban estos tipos de edificios porque representaban una ventaja estratégica en cuanto a estructura y vida, dedujo que como era un grupo pequeño, esta edificación será bastante para ellos. Luego de examinar el lugar, esperaron el anochecer, no había luna, era el momento ideal para una redada sorpresa. Cuidadosamente subieron al techo de la farmacia, entraron por los ductos de ventilación emitiendo la menor cantidad posible de ruido, la idea era atrapara todos y cada uno de ellos, interrogarlos y luego llamar a una patrulla para transportarlos. Una vez dentro de los ductos permanecieron quietos por una hora, la idea era que se acostumbraran al lugar, evitando cualquier movimiento que los delatase. Un soldado raso, imprudente, decidió adelantarse pese a la orden, graso error, había avanzado medio metro cuando la sección en la que se encontraba cae, alertando a los rebeldes, fue acribillado cruelmente, apenas salió del shock que le produjo la escena bajo con el grupo restante de fuerzas especiales, acabaron con ellos fácilmente, no eran más de 10 los que oponían resistencia, y sin el entrenamiento militar sus adversarios no eran más complicados que dispararles a unas dianas. Las armas callaron, los cañones de los fusiles humeaban como chimeneas en un día de invierno. Comenzaron a registrar el lugar, al parecer habían escapado todos en el momento del tiroteo, todos menos uno. Encerrado en un closet, al fondo de este, estaba un hombre, de contextura gruesa, bastante bajo, tiritando de miedo, orinado encima este suplicó por su vida.

-Dime tu nombre prisionero-dijo Guerrero frente a él- y el nombre de tu organización.

-ss...soy... Fer…Fernando, no me haga nada por favor, cooperaré con ustedes, solo no me haga nada

- ¿Para quién trabajas? ¿Cómo se llama tu organización?

- Soy de “La neo esperanza”

-¿Cuántos componen tú comunidad?.

- Más de mil personas, entre hombres, mujeres niños y ancianos, no sé cuantos exactamente, pero somos muchos.

Más de mil personas, esta información era jugosa, los demás oficiales no lo creerían, si llegaran a desbaratarla sería el mayor logro en años, y sin duda, como Guerrero descubrió dicha información, el sería el encargado de llevarla a cabo, y la recompensa seria solo para el.

Esperaron que llegara la patrulla de apoyo al lugar y ordenó que se llevaran al prisionero al interrogatorio de la base para oficializar dicha información, se lo llevaron a rastras, mientras lloraba como un bebe suplicando a Guerrero que lo liberaran. Él solo tenía en mente una cosa en ese momento, si lograba ser exitosa la destrucción de dicha organización podría tener un puesto más alto, seria la envidia de todos los oficiales, y sobre todas las cosas, a su temprana edad, podría dirigir el gobierno que se instalaría una vez que todo volviese a la normalidad. El solo pensar en eso le causaba un gran placer, una sensación indescriptible en su mente, dejar de luchar, ver el mundo como lo veía a su temprana edad, eran solo nubes en un mundo en el que las ruinas, las calles rotas edificios a medio caer, ni un solo árbol verde que disfrutar, ninguna plaza con niños jugando en ellas. Esto le daba nostalgia, y se le comenzaba a reflejar en sus facciones del rostro. ¿Y si no fuera todo así? ¿Si las guerras que se formaban cada cierto tiempo no fueran necesarias, simplemente se cansaran de pelear y dejaran que los rebeldes tomaran el control? No, imposible, no se podía permitir semejante insulto le decía su mente, eso solo era una idea sin sentido. Mientras iba de vuelta a la base siguió con estas ideas en la cabeza, hasta que se olvido de ellas una vez que llegó a su habitación.

Al día siguiente pidió el informe de la declaración del testigo, este informe constaba con el lugar, los puntos fuertes y débiles de su refugio, era una mina de oro por explotar. Una vez que lo tuvo en sus manos, se dirigió donde el Coronel San Marcos para informarle de de los sucesos de la última misión.

-Señor-dijo en tono solemne Guerrero- Aquí tengo el informe del testimonio del prisionero que capturamos en la misión.

- Estoy al tanto de eso comandante, ¿supongo que ud quiere ser la persona en dirigir un ejército lo suficientemente grande para acabar con esa gran organización verdad?

-La verdad Coronel, tengo otra idea para llevar a cabo esa misión.

- ¿sí? Cuénteme por favor.

- Creo que la mejor idea para desbaratar a esos rebeldes es entrar incógnitamente

- ¿De qué habla comandante? ¿Cómo quiere hacer entrar a un ejército dentro de una organización rebelde sin que se den cuenta?

-¿Quién habló de un ejército? Entraré yo solo, he estado practicando mis habilidades de espionaje e infiltración, creo que tengo la capacidad para entrar sin que me detecten, poder formar parte confiable de ellos y luego comenzar a destruirla desde dentro.

El Coronel San Marcos quedó boquiabierto con tales ideas tan descabelladas que Guerrero le presentaba, mas por otro lado si no resultara como dice, no perderían más de un solo hombre, tomando en cuenta la posibilidad de movilizar un ejército completo y fallar de igual manera. Al cabo de unos minutos de silencio, en el que ambos se mostraban seguros de sus decisiones, el coronel accedió a autorizar la misión, algo suicida por lo demás.

-Gracias coronel, no lo defraudaré.

-Espero que sea así comandante.

Guerrero salió de la oficina del coronel con una sensación de satisfacción que jamás antes había sentido, sabía que podía con ello, sabia los peligros que estaba a punto de sufrir, pero su orgullo y deseo de poder fueron más.

Comenzó a comer menos, entrenar menos también, su plan consistía en personificar a un vagabundo, sabían que estos grupos aceptaban a vagabundos dentro de sus filas, independientes de su edad, Guerrero sospechaba que lo hacían solo por necesidades estratégicas, eran vagos, conocían el lugar, sabían donde ocultarse, y esto les daba una considerable ventaja a la hora de salir a buscar suministros y encontrarse con una patrulla de soldados. Se dejó la barba y el pelo largo y a gastar su ropa informal, estaba casi listo para salir en su misión. Los otros oficiales ya no le dirigían la palabra, suponía que por envidia y por orgullo, no podía aceptar que alguien como él, un joven con un apellido común, sin herencia militar, sea mejor que ellos. A Guerrero le daba lo mismo, no le importaba que dijeran de él, sus preocupaciones iban más allá de ahora en adelante.

Y llego el día, su pelotón lo despidió con disparos al aire, deseaban verlo de regreso. De alguna manera, Guerrero les tomó cariño a ellos, los veía como sus hermanos menores, de el dependía su seguridad ahí afuera y no podía permitirse que alguno se perdiera. Con una lagrima saliendo de sus ojos, dio media vuelta y se encaminó al salvaje mundo que era la ciudad ahí afuera. De ahora en adelante estaba solo, tenía un comunicador que debería usar 1 vez al mes a cierta hora. Solo eso se llevó consigo de la base, y una vieja mochila, ahora solo el destino diría si su misión seria fructuosa o no.

Capítulo I

1 comentario:

  1. Espero que le des un buen giro este al parecer buen cuento, ejejejeje en fin espero que todo este bien... saludos

    ResponderEliminar