lunes, 1 de octubre de 2012

Prólogo




                   Nadie recuerda cómo empezó todo, solo que empezó en algún momento de la historia y nadie de aquella época dorada vive aún para saberlo con exactitud. Se cree que comenzó todo con un conflicto político entre las extremas del país, otros dicen que fue una guerra encubierta por los medios, los más conspiradores hablan de países extranjeros fabricando peleas para desviar la atención, y robar recursos naturales. Los más ancianos apoyan la teoría del conflicto entre ambas extremas, lo relatado a continuación es lo que uno de los más viejos del refugio en el cual nací, me eduqué y crié nos contó.
Ya nada es como debe ser. Recapitulando, hubo un conflicto en el país, partió en Concepción, y como pueden imaginar, fue la ciudad que más sufrió en todo esto, el parque Ecuador, completamente quemado, el puente Llacolén, roto en ambas direcciones, el centro completo en ruinas, el polvo de las antiguas junto a la ceniza se convirtieron en asesinos silenciosos, intoxicando a las aves, luego a los animales y luego a las personas, pasarán años antes de que una planta vuelva a crecer en los alrededores. El conflicto comenzó en Concepción, estalló cuando una de las dos facciones extremistas, no se sabe cuál de las dos, puso una bomba en la intendencia, la antigua y la nueva, volando en mil pedazos ambos edificios, ningún bando se adjudicó dicho acto, pero algo de esa envergadura atrajo la atención de todo el país, y las fuerzas armadas no tardaron se hicieron esperar. Se declaró estado de sitio, nadie podía salir de sus hogares sin ser cuestionado, interrogado o incluso golpeado por los militares que podían cruzarse en tu camino. De alguna manera esto volvió a suceder, no solo en concepción, sino en todo el país. El gobierno estaba preocupado, pero fue demasiado tarde cuando se preocuparon, a un mes del primer bombazo, la moneda volvió a  volar en pedazos, pero esta vez no fue reconstruida.
El miedo se apoderó de la población, los militares estaban exaltados, y se creó una fuerza paralela a los militares, su misión: mantener el poder hasta que todo volviese a su cauce normal, pero como podemos ver, esto no ocurrió. Puede que el plan siempre haya sido que esa fuerza tomase el poder desde un principio, eso no se puede saber. Pasó un año, dos, tres, y esto iba de mal en peor, los militares no podían contener a las personas, las balas empezaron a levantar la voz y gritar sus canticos asesinos, murieron miles, los más astutos prefirieron esconderse, para los mártires, no eran más que ratas, para las ratas, los mártires no eran más que estúpidos.
Las poblaciones más pobres, como es tendencia, se creía que eran las más peligrosas, y fueron tratadas como tal, encerrándolas. Muros de dos metros, custodiados por nidos de ametralladoras para que nadie saliera. Se convirtieron en verdaderos Guetos. Pero esto no paraba, no pasó mucho tiempo cuando la artillería salió a las calles, y donde se creía que podría haber algún grupo planeando algo, era reducido a escombros, nada importaba, el fin justifica los medios dicen por ahí.
Siguieron pasando los años, y todo iba de mal en peor, las fuerzas militares se retiraban, o quizá se iban acabando. La lucha interna comenzó. Las personas en afán por la sobrevivencia comenzó a pelear entre sí, el enemigo ya no eran los que vestían de camuflaje, sino los iguales. El anciano que nos contó todo esto, nos dijo que vio con sus propios ojos, cuando podía ver todavía, como un hombre se comía a otro, devorando su pierna como un caníbal, como un animal: “¿Saben los que son los zombis? Si, esos que se supone que se levantaban de su descanso para volver a caminar y comer personas, creí que él era uno, más con una mirada más detallada me di cuenta que solo era un pobre diablo, atacado por un hambre animal”. Los recursos eran pocos, y lo único que se podía comer eran ratas, si sabias como conseguirlas, de otra forma, terminabas como aquel hombre, atacando la pierna de otro…
No sé como irá todo esto, estamos en una especie de sótano, por alguna razón está bien abastecido, creo que todos los días salen grupos de búsqueda de alimentos al salvaje Concepción. Me dicen que algún día tendré que hacerlo también, pero que soy muy joven aun. No conozco lo que es la luz del sol, ni siquiera lo que es un sol, me dicen que es como una vela, pero redonda, y que te lastima los ojos si la ves directamente. No sé si esta historia es real, no sé si es solo una invención de un viejo loco, ciego a estas alturas. Tal vez lo invento todo, tal vez todo esto no es más que un invento de los mismos adultos para no dejarnos salir, ¿Cómo será estar afuera? ¿Y si realmente no existe lo que dijo el anciano? Quizás son solo mentiras, nunca pasó nada, pero no, ese hombre no podía mentir, sus ojos, aunque ciegos, demostraban que todo alguna vez pasó. Allá arriba debe ser un mundo completamente nuevo, quizá la naturaleza, al ver que los hombres solo peleaban entre sí, decidió alzarse de nuevo, reclamando el trono perdido y volviéndose la reina que siempre fue, aunque apartada y reducida a la plebe, su sangre real aun corría por aquellas venas, y algún día, tarde o temprano volvería al lugar que le corresponde por derecho. Espero que sea así, no quisiera que lo primero que vea al salir de aquí sea aun esa niebla de ceniza y muerte alrededor de todo, lo único seguro, es que nada volvió a ser como era, lo único seguro, es que nadie recuerda cómo empezó todo.

miércoles, 6 de junio de 2012

Crítica a la vida diaria.


Despertamos, comemos, estudiamos y/o trabajamos, para volver a comer y a vivir, un poco de conversación y otro poco de risas, ¿en eso se basa la vida al llegar cierto punto? Pienso que no, pero lamentablemente caemos en un círculo vicioso que nos transforma en Pseudo robots. ¿Realmente hoy en día estamos viviendo? Y si decidimos salir de esta monotonía, podemos alejarnos, teniendo en cuenta que el mundo funciona de esta manera?  No puedo evitar sentirme desilusionado, triste, por tener que pertenecer en una sociedad que no ve la vida como algo más que eso… tenemos que cambiar el modo en que vemos la vida, debemos salir del circulo, de la “matrix” no somos robots, y desgraciadamente aunque queramos negarlo, terminamos donde empezamos. Lo veo en las personas, que se conforman con vivir de esta manera, siento pena por ellos, y por mí mismo, al intentar vivir de una manera distinta sin lograr éxito, espero algún día que esto cambie, que la sociedad cambie, que seamos personas e intentemos ser felices, dejar de estar condicionados a conformarnos con lo que tenemos.
Las personas le temen al cambio, le temen a que no resulte, yo le temo a que le teman.

viernes, 24 de febrero de 2012

Sin título, Extraído de un cuaderno de la media

Voy camino a Iquique. Soy camionero, no llevo demasiado tiempo en este rubro pero siempre se me ha dado la conducción. Mi trabajo es simple, ir a buscar contenedores de lo que sea que llegan a la zona franca y distribuirlos a Santiago, un trabajo simple la verdad, pero la paga es buena y me encanta la tranquilidad de las carreteras, tanto al norte como al sur.
Al hablar con otros camiores más expertos en una gasolinera, les comenté que este era mi primer viaje al norte, les mostré las rutas y les pedí consejos para hacer la ruta más rápida, después de todo, esa es la idea. Al mostrarle la ruta que escogí, ellos se quedaron mirando en silencio unos momentos, asombrados por mí decisión, no entendí por qué, así que les pregunté:
- ¿Por qué esas caras? es la ruta más corta para llegar, lo comprobé con muchos mapas.
- Hijo, ¿no sabes nada sobre esa ruta, verdad?
- ¿Debería? cual es el problema con ella, es recta casi todo el camino, curvas simples, no le veo la dificultad.
- Bueno... El problema no es eso ¿sabes? el problema es lo que puedes encontrar ahí.

Me dijeron que en esa ruta, casi nadie transitaba ya, se decía que se veían cosas, personas, cruzando sin parar, pero que estas "personas" en realidad no lo eran. No entendí que querían decir, imagino que lo habían hecho para asustarme, después de todo, soy el novato acá, y estas bromas siempre se le hacen a los nuevos. Así que cargué combustible y me fuí, aunque con la duda si era verdad lo que decían. ¿Que puede pasar? no creo en esas historias, hace tiempo que dejé de asustarme por las películas de terror y esas cosas, de seguro que era solo una broma.
Al cabo de un día de viaje llegue a la famosa carretera, estaba atardeciendo, limpia de otros vehículos, era día de semana, así que era normal no ver mucho tránsito, y después de todo, habían más rutas. Debo admitir que me sentía ansioso por llegar a la famosa ruta... hasta que oscureció.
La carretera estaba mas oscura de lo normal, no habían estrellas ni lunas que iluminaran mi camino, así que me comencé a poner tenso, según el mapa iba a la mitad del camino ya, no faltaba mucho para que todo terminara hasta que.... Cerca de unos 50 metros adelante se cruza una persona, caminaba lento, y se paro frente al camión. frené lo más rápido que pude cuando volví a mirar ya no estaba, esto se estaba volviendo raro, muy raro. Me puse en movimiento de nuevo y unos minutos más volví a ver otra persona, esta vez la esquivé, pero a la tercera no pude, volví a frenar. Esto se estaba volviendo más extraño cada vez, me detuve un momento, sin salir del camión, tenía miedo de que una de esas "personas" se acercara más de la cuenta a mí y quizá que pasaría. Me pongo en marcha nuevamente, y vuelvo a ver más y más "personas" ya no cruzando, sino a los lados de la carretera, espectantes, esperando algo. Todas vestían ropas antiguas, muy pálidos, con los ojos muy hacia adentro, ¿quienes o qué era? ¡de que se trataba todo! Comencé a acelerar y no dejaban de aparecer más por los lados, mirándome todas a la vez, sin hacer nada más que estar parados ahí, sigo acelerando, quería salir de ahí lo más rápido posible, la noche se iba volviendo más oscura, y mas de estos seres aparecían. Cerca de unos 20 minutos después no aguanto más sus miradas, me lanzo a un lado de la carretera contra ellos, pero desaparecen al instante, ya no me ven con esa mirada espectante, ahora miran con recelo, con odio, no les gustó mi actuar y creo que me lo quieres hacer saber. Veo un pequeño restorant de carretera, mi salvación pensé, estaba bastante iluminado y probablemente estos seres no se acercarían. Una vez que entro me doy cuenta de mi error, estaba abandonado, en su apogeo debió de haber un lugar lleno de gente, muchos otros camioneros, pero ahora no, entro y está todo limpio, pero solo veo asientos vacíos, y un silencio que me devoraba por dentro. Miré por una ventana y estas "personas" se comenzaron a acercar, era mi fin pensé, busco la bodega y me encierro, todo está más oscuro ahí dentro, pero por lo menos limpio de ellos. No podía evitar ver sus rostros todo el tiempo, furiosos, buscándome, para quizá que hacer conmigo, tenía miedo, mucho, mis nervios desde ese día ya no volverían a ser lo mismo.
Miro mi reloj, son las 6.30 de la mañana del día miércoles, y la luz del amanecer se filtra por una ventana ¿quizá esos seres se fueron? no lo sabía con seguridad, pero que más podía hacer, me arriesgué a salir, encontré un tablón y me hice con el por si había alguien ahí esperándome. No había nadie, el local estaba completamente vacío, ya más tranquilo, voy a buscar mi camión, a salir de la maldita carretera de una vez y para siempre. Después de esta experiencia, creo que mi vida como camionero a llegado a su final.

...

Bueno, como verán, dejé de escribir los capítulos de mi novela, la razón es simple, no me siento preparado para terminarla, creo que tiene mucho potencial y no quiero matarla inventando rellenos, así que espero volver a retomarla. Ahora volveré a subir micro cuentos, algunos que tenía en mis cuadernos de la media. Gracias a los que les gustó los capítulos que tenía y espero que les gusten los nuevos cuentos que subiré.


Miguel Moya.

sábado, 12 de noviembre de 2011

El Eco de las Llamas- Parte 1

Este poema es de un amigo de México, con su permiso lo subo

El Eco de las Llamas- Parte 1

Un día fuimos capaces de ver,

pero nunca fuimos capaces de ser,

nosotros matamos por tener,

más por deber es por placer.

Creamos rumbos dirigidos al vacío,

vamos ahí sobre aviones o navíos,

somos aquellos que rompen ciudades,

en donde habitan miles de corazones.

Creíamos que escribíamos nuestro destino,

estamos a la mira, al ojo del asesino,

somos los cazadores sin saber que somos presa,

ni la más pequeña criatura sale ilesa.

Uno por uno fuimos cayendo,

entre las llamas estamos ardiendo,

su estruendoso eco esta rugiendo,

sangre y ceniza estan fluyendo.

El tinte rojizo del cielo,

las campanadas de alarma,

todos cargan un arma,

el sonido melodioso del violonchelo.

Nos consideramos el arma más letal,

somos el más feroz animal

que acecha día y noche para sobrevivir,

sólo esperamos resistir.

Bajo puentes los niños llorarán,

mientras escuchan como sus padres perecerán,

miles de botas retumbarán,

y crearán el ruido más horrible que ensordecerá.

El eco de las llamas es el llanto del afligido,

el cansancio del débil, el pánico del adolorido,

el fin de la juventud, el vacío del necesitado,

el desorden del abrumado, la verdad del esperanzado,

el eco de las llamas es el sonido que más hemos provocado.

Isaac Leash